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REFLEXIÓN VI "El Medio Urbano"

Actualizado: 20 jul 2020

Esta reflexión surge de una clase del curso de Percepcion ambiental y del espacio


En base a cap. 12 del libro Psicología Ambiental de Amérigo y Aragonés, 2010 / Documental Citizen Jane battle for the city, 2016

“La ciudad es una construcción social fruto de la convivencia y la distribución del espacio entre personas, en un momento histórico social y psicológico en cierto modo único pág 241 Amérigo y Aragonés, 2010.


Imagenes: Cuba 2017.


Claramente luego de la revolución industrial las ciudades comenzaron a crecer sin control alguno, con todas sus efectos negativos en creciente aumento. En aquel momento ya comenzaban a verse varias de las consecuencias que se producían, al día de hoy están más latentes y no por eso más atenuadas.


Por otro lado, las ciudades tienen características que solo este sistema caótico y equilibrado a la vez puede tener. Tiene escenarios cargados de significado y simbolismo. Escenarios donde pasan situaciones y momentos, interpretados por una variedad inmensa de personas distintas que poseen diferentes culturas, pensamientos y emociones que resultan en ideas, en arte, en expresiones y finalmente, en más escenarios…


La ciudad como espejo potenciado de la humanidad. Algo así como la imágen de dos espejos enfrentados. Ese reflejo que parece no hay salida, solo más y más de lo que no queremos ver. La ciudad no es mala o buena. Sin los seres humanos, una ciudad sería simplemente bloque y cemento, esas cualidades son pura responsabilidad de quienes las habitamos.


Como se menciona en el documental “Citizen Jane battle for the city” (2016), el ritmo de urbanización que hemos y seguimos experimentando no ha ocurrido nunca. Se ve a lo largo de la historia que las ciudades no exitosas son consecuencia de personas que no reconocieron la ignorancia sobre el tema. Muy probablemente, hasta el día de hoy (si bien avanzados) sigamos siendo novatos e ignorantes.


Son las personas que la habitan las que tienen que construir su ciudad y determinar cómo será. Nadie más que sus habitantes sabrán que es lo mejor para ellos. Otras personas la gestionarán u otros profesionales aportarán teoría y técnica, pero los códigos que se generan de manera espontánea en la sociedad eso no lo puede determinar nadie, se da por naturaleza.


“Las ciudades tienen la capacidad de proveer algo para cada uno de sus habitantes, sólo porque, y sólo cuando, son creadas para todos.” Jane Jacobs (2016).


Todo proviene de un contexto histórico donde los Inventos y maquinaria utilizados para la segunda guerra mundial, debían ahora también ser útiles para la vida civil. Esto, más los interés en inversiones y ganancias promovió la destrucción de los antiguas viviendas para construir nueva edificación moderna y barata (foco contexto EEUU).


A su vez el realojamiento de las personas en situaciones problemáticas a viviendas estandarizadas sin tener en cuenta nada de su contexto cultural, psicológico, perceptivo, etc es lo mismo que barrer debajo de la alfombra y su realización conlleva peores consecuencias. Realojar gente porque la pobreza es estéticamente fea o sus características va a “pudrir” a la zona central más privilegiada simplemente me parece cínico. Los planificadores y arquitectos de aquella época creían que diseñando una ciudad, moldearían la conducta de la sociedad, cual Dios, evitando todo tipo de análisis social.


El paisaje si es un constructo social no lo deberían construir solo unos pocos hombres blancos sino toda la sociedad. Con su totalidad de actores, diversos. No construir para los autos y maquinarias, construir para las personas que son las que enriquecen este ecosistema.


Creo que la ciudad podría salirse de la etiqueta de “fría” si se piensa y se trabaja para ello. Manteniendo la vitalidad de la comunidad sacando al concepto de hogar de la vivienda a las calles. Fortaleciendo la cohesión social, creando espacio seguros y de intercambio. Ver con los ojos, vivirla. Observar los pulsos de la ciudad y su equilibrio caótico. Claramente, el equilibrio es dinámico. Se ve en la naturaleza. ¿Por qué ir en contra de ella? Sobre todo cuando los citadinos anhelan el sentimiento de libertad y mitigar los estresores de la ciudad no se pueden crear ciudades y paisajes que no se puedan habitar.


Trayéndolo a la actualidad, en situación de pandemia se vió potenciada esa falta de libertad. Se podría decir que las personas o comunidades que no pueden habitar su ciudad de manera segura también viven en estado de confinamiento, pero no por una pandemia. Personas que prefieren quedarse en su vivienda y evitar las calles simplemente porque no hay lugares para ellos, no hay escenarios de los cuales llenar de significados y experiencias. No hay territorios para ser territoriales. Ciudades llenas de No lugares (Marc Augé, 1992). Tal como dice Jane Jacobs, las personas no miran desde una ventana o una escalinata hacia calles vacías. Para concluir, un ejemplo uruguayo de esto podría ser lo que pasa en algunas ciudades y pueblos del interior donde los fines de semana van al costado de un puente para ver la gente pasar.


Imágen: Zona financiera de San Francisco, EEUU. 2017


Comentario experiencia personal

Viví un año en Miami, FL. Me tuve que acostumbrar a caminar cuadras sin timbre o puertas a las que poder llamar por si me pasaba algo. Y la verdad que en esa ciudad siempre pasaba algo. El sentido de alerta constantemente encendido. Así fue que a pesar de vivir a 15 cuadras de mi trabajo, con un clima perfecto para caminar por la noche, comencé a tomarme Uber. Un auto que me pasaba a buscar y que me dejaba dentro del edificio. Totalmente desconectada del barrio en el que vivía. Pasaba el rato dentro de las instalaciones de sus instalaciones porque no habían casi espacios públicos cerca y los que habían solo te invitaban a comprar y consumir ropa, comida, ofertas, pasajes, peluches. Lo que sea. Paisajes para mirar a velocidad del auto, no para vivirlos. Solo habían no lugares. Tampoco vi que las personas demandaran espacios públicos. O no les interesan o no se dan cuenta de lo que pueden generar. Tal vez los desconocen. O no tienen tiempo para eso.


Las personas ahora pueden no ver a nadie ni interactuar si así lo desean. Salir de la casa blindada, al auto blindado, al trabajo, con suerte con gente, a la computadora al celular, a levantar a los niñes, a la casa, pedir la comida, el surtido por internet. Las personas no salen. Afuera está lleno de personas que atacan. Y muchas atacan de verdad. Excluidas totalmente de la sociedad, enloquecidas buscando a anda a saber que…sintiendo el rechazo de las personas privilegiadas en sus bunkers. Y de verdad no hay término medio, no hay grises. Salís y no hay lugar seguro, solo tierras de nadie, peligrosas. Y hace muchos años pensaba que las ciudades del “primer mundo” no tenían pobreza… era lo único que relacionaba a que un país sea catalogado de esa manera. Ja ja . Serán desarrollados en algunos ámbitos pero sus efectos negativos son desastrosos, llenos de tristeza, enojo y soledad. Y mirar eso y pensar que hay muchísimas ciudades iguales, simplemente me llenaba de impotencia.


Imagen: Down town, Miami - FL. 2016


Este edificio y una estación de metro era el paisaje desde mi ventana. Nunca entendí ni de que era. Por esa cuadra (la misma que la estación de metro) solo pasaba de dia. Por la otra cuadra que rodeaba el edificio había un terreno valdío, por la otra cuadra una especia de industria de energía, de Internet algo así, que ocupaba toda una manzana; en otra esquina una cárcel que desde afuera era un simple edificio gris, por la otra esquina boliches y bares que solo tenían gente de noche y resultaba en una combinación de personajes más que interesantes,



Este dibujo lo hice estando en Miami. Viviendo en un barrio sin lugares que habitar. (2016)


 
 
 

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©2020 por Sofía Deneo Piotti. Creada con Wix.com

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