REFLEXIÓN I
- sofideneo
- 22 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 jun 2020
En momentos de pandemia varias actividades han resurgido para sobrellevar los problemas que resultan de la misma. ¿Nos olvidaremos de todas las herramientas útiles que sirvieron en momentos de crisis luego de que se estabilice la economía mundial?
La crisis socio-económica actual ha generado en la población el planteamiento de varias actividades como salida a los problemas que se han generado. Sin embargo, creo que no debemos quedarnos solo en la capacidad de adaptabilidad que tenemos los seres humanos a las circunstancias fluctuantes de la vida, sino también en la capacidad de razonar sobre las mismas, encontrar los errores y corregirlos. Las crisis, traen la oportunidad de replantearnos nuestra realidad, la opción de poder hacer las cosas diferentes, de aprender y de mejorar.
También, es posible elegir hacerlo igual que antes de la crisis ¿Porqué no? pero en mi opinión, no deberíamos optar por esta opción sin antes haberla deshilvanado, analizado, interpelado y realmente entendido que esa situación, es en todas sus posibilidades, la mejor para todas y todos (eso, si realmente existe la posibilidad de volver a la posición exacta de una misma situación pasada). Claro está, que con los "ojos cerrados" no vamos a lograr ver los errores a remendar. No vamos a estar eligiendo a conciencia, u otros van a estar haciéndolo por nosotros. ¿Le vamos a estar dando nuestro poder de elección a otras personas? ¿¡Con lo lindo que es la democracia y la libertad de expresión!?
En el caso de la implementación de huertas comunitarias en áreas urbanas y suburbanas creo que no deberían ser únicamente una manera momentánea de suplir de alimentos a la población sino que a su vez, podríamos descubrir y entender su esencia, el trasfondo de las mismas, comprender las dinámicas que la hacen tan enriquecedora y poder llevarlo a otras dimensiones de nuestra vida en sociedad.
Entonces ¿cuáles serían esas dinámicas que se expresan en las huertas comunitarias que podemos rescatar para utilizarlas en otros ámbitos?
Para analizar esto, y sumarle un poco de diversión a las reflexiones, hice un pequeño planteo en redes sociales en el cual las personas debían responder en pocas palabras, las cosas que creen que genera el trabajar las huertas en comunidad.
En la siguiente imagen coloqué de forma general todos los conceptos que extraje de las 13 respuestas:

La mayoría de estos conceptos se pueden referir tanto a la relación que tenemos con los alimentos y la tierra, como con la relación con las personas que nos vinculamos en una huerta comunitaria.
La palabra entendimiento, me parece que forma una parte importante de los fundamentos básicos de las huertas comunitarias...
Entendimiento a los procesos, a los ciclos, a los ritmos, a las necesidades, a la diversidad; tanto de las plantas como de las personas.
El tratar de entender estas cosas, va generando practica en el saber escuchar, en el observar y en el esperar. Para lo cual se necesita empatía, vinculación, comunicación, respeto y compromiso. Manifestando luego, resultados como el hacer consciente las interacciones entre la naturaleza y el ser humano, la seguridad vincular y alimenticia, fortaleza ciudadana, la justicia, los derechos, la valoración, la educación y la unión; esta última, La unión, me parece un resultado a destacar en un mundo donde las personas están rodeadas de mas personas pero igual se sienten solas.
Entender los ritmos y procesos que nos muestra la naturaleza, el equilibrio innato que poseen, hace que nos cuestionemos si realmente estamos viviendo conectados con ellos...
Por mas acelerada y llena de estímulos que se haya vuelto nuestra vida somos parte de la naturaleza y dependemos de ella para nuestro bienestar. Cuidar la tierra y el alimento es cuidarnos a nosotros mismos. Nutrirnos de sensaciones, colores, aromas nos recuerda la simpleza de lo bello. Honrar el alimento es valorarlo, respetarlo, respetarnos, ser conscientes de lo que estamos consumiendo y el esfuerzo que se necesita para conseguirlo.
Trabajar la tierra nos muestra y conecta con los procesos de la naturaleza y por tanto con los nuestros. La desconexión con ella, solo nos aleja de nuestra propia esencia. En este sentido, podemos hacer una analogía de la naturaleza como un maestro que nos enseña de la vida y el cual nos muestra dinámicas que podemos extrapolar a nuestra vida en comunidad.

De esta reflexión me surgen otras preguntas: porqué llegamos al punto que llegamos? ¿ porqué actuamos de la manera que lo hacemos? porque destruimos algo de lo que somos parte? porque preferimos comprar productos a las multinacionales y no a los productores locales? ¿Porque estamos cansados? ¿Para qué queremos ahorrar tiempo? ¿a qué, quién o para qué estamos dejando toda nuestra energía en el día a día? ¿será el temor a quedar por fuera de lo que el ideal de la sociedad pretende?
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